La labor de los priostes es, quizás, la más sacrificada por la dedicación continua que requiere pero es, sin duda, la más gratificante puesto que gozan del privilegio de estar muy cerca de nuestros Amantísimos Titulares.
Es su cometido velar por el patrimonio y enseres de la Hermandad, organizar el montaje de los distintos altares de culto, besamanos, besapies, tener todo listo para la salida procesional cada Miércoles Santo, que el altar del Señor del Buen Fin luzca como Él merece o que su Bendita Madre de la Palma presida nuestra Iglesia radiante y hermosa.
Deben cuidar todos los detalles, que la cera quede perfectamente fundida en la candelería, que las manos de nuestros hermanos Paco y Amparo coloquen con cariño cada flor como lo vienen haciendo desde hace décadas, que cada saya, que cada prenda del ajuar de la Santísima Virgen esté siempre dispuesta con la ayuda de las Camareras y el Vestidor.
A ellos también corresponde la no menos importante labor de que muchos hermanos se acerquen a su Hermandad para ayudar en el montaje del altar del Quinario o del Triduo, que San Antonio se llene de jóvenes con ganas de colaborar y compartir buenos ratos de convivencia o que de nuevo, allá por el mes de noviembre, disfrutemos de la tradicional comida de Priostía.
Son muchos los proyectos y enormes las ganas de trabajar, siempre cerca del Stmo Cristo del Buen Fin y bajo la dulce mirada de Ntra. Sra. de la Palma.
PAZ Y BIEN